Es martes, está parado en la obra, son las 11:40 de la mañana, ya ha resuelto los primeros problemas de la mañana, …la gente que se presenta hasta el día de hoy, (ayer hicieron san lunes), pero es difícil reclamarles, recuerda que solo les dio “a cuenta” el sábado pasado, aparentemente hoy si va a haber materiales, (los logro convencer una vez más), y la conversación con la supervisión quien finge que nada le parece, pero solo está preparando su terreno para pedir más dinero, ha resultado más o menos bien, pero… empieza a preocuparse… ¿será que REALMENTE vaya a cobrar lo que le PROMETIERON este viernes? u otra vez le dirán, que no hubo firmas, que el ingeniero no fue porque está de viaje, que no traspasaron los recursos…, que las cadenas productivas.., que el residente no paso la estimación (desde hace 3 semanas??), que se traspapeló su estimación, o que el banco no traspaso el dinero, o alguna otra excusa más o menos parecida.

¿Será momento de dejar la obra y otra vez ir a poner la cara con el amigo, compadre o familiar, para pedirle (¡otra vez!) que no lo vaya a dejar desamparado el fin de semana porque la raya no puede esperar? O peor, tener que vender o más bajo aun, empeñar algo, para poder cumplir sus compromisos, mismos que contrajo para poder avanzar en esa obra, si justamente esa, donde no le pagan… a tiempo.

¿Le suena familiar?

Durante años ha ido sorteando toda clase de obstáculos, finalmente puede encarar una obra por sí mismo, hay una promesa interna de crecimiento y prosperidad que necesita cumplirse, así que está dispuesto a trabajar muy duro por ello.

Historia

Quintana Roo es el estado con mayor tasa de crecimiento en el país, y esto se debe al desarrollo de dos industrias, la industria hotelera y la industria de la construcción, y es esta última la que soporta el mayor deterioro económico, en la hotelería las tarifas suben cada temporada, en la construcción, los precios han ido bajando paulatinamente sin una razón que lo justifique, o al menos no bajo un razonamiento económicamente viable.

Hace años cuando comenzó su desarrollo, la industria de la construcción tuvo un desarrollo exponencial, ya que la demanda, era por mucho mayor a la oferta, así que los precios y por ende las utilidades, eran muy altas; al ir disminuyendo la demanda, los precios encontraron una razón de ser, las tarjetas de precios unitarios hicieron su aparición, fueron durante mucho tiempo la justificación que amparaba los precios, le daba sustento y eran justos.

Mucha gente quiso ser partícipe del boom en la industria, y cambiaron su lugar de residencia a este polo turístico, muchos de ellos con la visión de hacer dinero y regresar a sus lugares de origen.

El deber ser

Quintana Roo es el estado con mayor tasa de crecimiento en el país, y esto se debe al desarrollo de dos industrias, la industria hotelera y la industria de la construcción, y es esta última la que soporta el mayor deterioro económico, en la hotelería las tarifas suben cada temporada, en la construcción, los precios han ido bajando paulatinamente sin una razón que lo justifique, o al menos no bajo un razonamiento económicamente viable. Hace años cuando comenzó su desarrollo, la industria de la construcción tuvo un desarrollo exponencial,

 

 

La estrategia de los precios

La libre competencia, la liberación de los precios y aranceles y sobre todo las estrategias de cada contratista en cada obra no se pueden ni deben homogeneizar, ya que inhibiría la actividad, cada persona o empresa debe hacer su mayor esfuerzo por ofrecer cada vez un mejor servicio y si es posible un mejor precio, obteniendo una retribución justa por el trabajo desarrollado.

Desafortunadamente compramos tecnología básicamente de nuestro socio comercial y esta es muy cara, así que cuando es posible aplicamos tropicalismos e intentamos reproducirla lo más económico posible, aunque a veces se sacrifica la seguridad, la calidad, o la garantía.

Y como parte de esta estrategia, siendo que los insumos tecnológicos son caros e inoportunos, intentamos disminuir los costos vía sueldos; el pago de la mano de obra es cada vez más estrecho y cada vez hay más personas dispuestas a trabajar por menos dinero.

Pero es anti-ético forzar a los trabajadores a disminuir sus ingresos bajo la justificación del costo total de la obra.

Hay, sin embargo, formas, sin sacrificar a ninguna de las partes (obreros-contratista-cliente), de encontrar una relación precio-beneficio que es ganadora para todos.

Pagar a tiempo

En todas las obras se utilizan materiales que son importados, y a nadie se le ocurre imponer las condiciones de pago en estos materiales (a nuestras exportaciones se les trata de igual manera) una vez decidida la compra se debe de cubrir en su totalidad el importe de estos insumos para que sean embarcados.
Pero a los contratistas, semana a semana, se les pide paciencia y comprensión, ya que los recursos destinados a ellos siempre son flexibles, se pagan muchos otros rubros, en el caso del uso intensivo de mano de obra, se intentan proteger los sueldos o rayas, pero nada más. Cada semana el contratista debe de renegociar con sus proveedores el pago de los materiales, fletes o insumos lo que además de desgastante incrementa los precios.

El pago en tiempo y forma le da al contratista un poder de negociación muy diferente al que tradicionalmente tiene al no poder comprometer un pago en fechas específicas y con el financiamiento bancario no se cuenta en ningún caso, no digamos ya para el pago de unidades o maquinaria nueva, donde la falta de pago oportuna, puede derivar en la requisición de estos, con el consecuente atraso en la obra y la falta de credibilidad para obtener nuevos créditos.

¿Qué hacer?

Necesitamos entender que el crecimiento de cada persona y empresa contribuye al desarrollo del país en su conjunto, lo que además genera una espiral de crecimiento personal y social.

Por lo que cada empresa que solicita un servicio debe de comprometer su nombre y prestigio y cumplir fielmente con los pagos, de la manera que hayan sido pactados.
Parece simple pedirles a los clientes que paguen conforme se ha acordado, pero en los hechos, cada semana se tiene la incertidumbre de los recursos que se tendrán disponibles para enfrentar los compromisos que a su vez se han contraído para el buen desarrollo de esa obra.

Buenas relaciones con los proveedores

Las buenas relaciones con los proveedores son esenciales para el desarrollo óptimo de cada obra y estas se logran básicamente cumpliendo con los compromisos que se contraen, ya que a su vez ellos cumplirán con los pagos que acuerden con sus propios proveedores y así sucesivamente.

La industria de la construcción utiliza todo tipo de servicios y productos, lo que en la pirámide social representa el ensanchamiento de la base; a partir del contratista se multiplican exponencialmente los empleos y el desarrollo de varios rubros económicos.

La industria de la construcción vs la industria hotelera

En esta región económica estas dos industrias son los grandes consumidores de mano de obra, productos y servicios y en una comparación simple podemos observar las grandes disparidades que existen

Hotelería

  • Los precios suben
  • El pago es por adelantado
  • El trabajo es constante y repetitivo
  • Se tienen estándares de calidad

Construcción

  • Los precios bajan
  • El pago es parcial y toma mucho tiempo
  • El trbaajo es único
  • Aunque existen normas, rara vez se respetan

Estas son algunas diferencias que nos dan una visión clara de cómo se ha ido devaluando nuestra actividad económica, y que no hemos encontrado la forma de revertir. Nuestra industria se vio muy afectada a nivel nacional el año pasado, y localmente se desplomo, miles de desempleados, empresas vendiendo activos, o empeñándolos, dueños de compañías intentando mantener su plantilla de personal con la carga económica que ello conlleva, y ningún apoyo o estimulo por parte del gobierno.

En conclusión

Lo más lógico ante esta situación agobiante, es unirnos, y marcar bases mínimas para la obtención de contratos ya sean de obra pública o privada.

Exigir el fiel cumplimiento de pagos, y a su vez cumplir cabalmente con los compromisos que adquirimos con nuestros proveedores.

Evitar prestarse a la guerra de precios, donde se presentan presupuesto tras presupuesto cada vez mas barato solo porque nuestro competidor hace lo mismo, si todos lo evitan, los precios tendrán una justificación lógica, y no un componente competitivo solo por la falta de trabajo.

Generar una espiral productiva, haciendo cada vez, cada obra, cumpliendo los plazos de entrega y calidad, utilizando mejor tecnología sin sacrificar a nuestros empleados, ni en su integridad ni en su seguridad.

Lo que hagamos ahora, marcara una tendencia y nos beneficiara en el mediano plazo a todas las partes involucradas llegando con un mejor producto al cliente final, que pensándolo un poco, somos todos.